Es bien sabido y demostrado que cuidar de un animal de compañía disminuye el sentimiento y vacío que sufren algunas personas mayores. Sabemos que los animales nos aceptan como somos, que no nos juzgan nunca, ello hace que nuestra autoestima se refuerce y nos sintamos más cómodos con nosotros mismos.
Hablar y acariciar a un animal mejora la presión sanguínea normalizándola.
Pasear al animal hace que hagamos más ejercicio físico de una forma regular. Beneficia nuestro bienestar psicológico.
Nos necesita y depende de nosotros, esto hace que tengamos que combatir la apatía y la desgana.
Ayuda a recuperar la capacidad de sentir y recibir afecto.
Las personas mayores, mejoran su carácter y recuperan la ilusión, ayuda a que rejuvenezcan.
Son un antídoto contra la soledad.
Pueden ayudar a afrontar problemas con serenidad, contribuyen a mejorar depresiones, psicosis, alcoholismos, transtornos emocionales, problemas existenciales, miedos, enfermedades psicosomáticas etc.
Ayudan a frenar los sentimientos negativos, a superar momentos de tensión y a relajar personas nerviosas.
Nos enseñan a aceptar nuestras limitaciones y a conocer nuestras capacidades.
Estimulan el contacto social con otras personas, fomentan el diálogo.
Perros: Nos enseñan sentimientos de fidelidad y lealtad. Transmiten amor incondicional, beneficioso para personas con baja autoestima y desarrollan el sentido del humor provocando la risa. Fomentan la capacidad de interacción y despiertan el interés por los demás favoreciendo el diálogo.
Gatos: Ayudan a estar relajado, a ser independientes. Son de gran ayuda para personas nerviosas, son afectuosos y les gusta ser acariciados. Muy beneficiosos para personas que no pueden salir de casa por edad o por alguna patología. Estimulan la concentración y la atención.
Ellos nos pueden ayudar ¿puedes tú ayudarles a ellos?
muy cierto!!
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